La fiscal general Pam Bondi informó el martes que las autoridades realizaron una de las mayores incautaciones de fentanilo en la historia de Estados Unidos, al decomisar 11.5 kilogramos del opioide, incluidos 3 millones de pastillas.
Bondi explicó que durante el operativo fueron arrestados varios integrantes del Cártel de Sinaloa, seis de los cuales se encontraban en el país sin autorización legal. La líder de la organización, Alberto Salazar Amaya, residía en Salem, Oregón, mientras que la distribución de la droga se llevaba a cabo en Albuquerque, Nuevo México, Phoenix, Arizona y Utah, según comentó durante una conferencia de prensa.
Este decomiso fue calificado por la fiscal general como “la victoria más significativa” del país en la pelea contra el fentanilo y el narcotráfico hasta la fecha. La detención fue liderada por la DEA, sin embargo, participaron socios estatales, tribales y federales, teniendo como objetivo a los integrantes del Cártel de Sinaloa, quienes llevaban a cabo una operación masiva de drogas.
El grupo criminal mexicano fue descrito por Bondi como “una de las organizaciones de tráfico de drogas y terrorismo extranjero más grandes y peligrosas de nuestro país”.
Bondi afirmó que el líder de la organización estaba ilegalmente en territorio estadounidense y con él fueron incautados 5 millones de dólares en efectivo, 35 kilogramos de metanfetamina, 7.5 kilos de cocaína, 4.5 de heroína, 49 rifles y pistolas, además de las 3 millones de pastillas, las cuales estaban marcadas como oxicodona.