HERMOSILLO, Sonora.- Madera, hule espuma, tela, plástico. Son infinitos los materiales con los que se puede fabricar un títere, como igualmente infinitas son las historias que son capaces de contar… en las manos correctas.
Florentino Jaime Quijada, maestro jubilado, lleva casi 27 años dedicado al oficio de titiritero -es fundador de Jaime Florentino Cía. Títeres- y para él, las posibilidades a la hora de crear una figura para sus obras infantiles no tienen límites
El arte de los títeres de alguna manera inconsciente se ha infravalorado, ¿no? Se ve como un arte menor (…) yo me he encargado de darles esa dignidad a los títeres, lo que merecen”.
“Puede partir de un objeto que tú veas, pueden nacer de un poema, por ejemplo. Puede ser también a partir de un texto ya escrito. Y bueno… ¡pues a darle vida a los títeres! A fabricarlos, a ensayar con ellos y ponerles la música, los efectos sonoros. Pueden ser muchas las fuentes de inspiración”, explica respecto a cómo surgen las ideas para sus piezas, desde el taller que ha montado en su propio hogar.
“En el mundo de los títeres son muchas las técnicas. Desde varillas, hilos; de manipulación directa o de mesa. Son muchas las formas en que pueden ser construidos y manipulados. También va a depender de lo que quieras contar, de la historia que quieras ofrecer al público (…) todo va a depender de la forma en que los vayas a mostrar”, agrega.
Mañana 21 de marzo se celebra el Día Mundial del Títere, que en 2003 fue proclamado oficialmente por la Unión Internacional de la Marioneta (Unima) en Atlanta, Estados Unidos. El objetivo es dar a conocer la relevancia de los títeres en la vida cultural de los pueblos del mundo.

El hule espuma es uno de los materiales principales que usa Florentino para diseñar sus títeres.
Yo puedo tener un títere muy bonito, pero si no lo manipulo y no le doy vida bien, pues es un objeto decorativo nada más. Pero cuando tú le das vida y luce y la gente cree que tiene vida ese objeto, ya lograste el propósito”, expresa Florentino acerca de la complejidad de los títeres.
Y es que no se trata solamente de una pieza que cumple una función dentro de un espectáculo, sino que posee una personalidad, una voz y un significado para el espectador; y cumple también el papel de mensajero, especialmente frente a las infancias.