La leche es conocida por sus múltiples beneficios nutricionales, ya que aporta vitaminas, proteínas y enzimas digestivas esenciales para el cuerpo. Sin embargo, no todas las leches que encontramos en el supermercado ofrecen la misma calidad, ya que algunas contienen grasas animales que pueden ser nocivas si no se consumen de manera moderada.
Ante esta preocupación, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) realizó un estudio en 2022, publicado en la Revista del Consumidor, donde se evaluaron 20 marcas de leche y productos lácteos combinados. El análisis incluyó leches descremadas, semidescremadas, enteras y deslactosadas, así como algunos productos combinados. El objetivo fue verificar si estos productos cumplen con los estándares establecidos por las normas mexicanas, especialmente la NOM-155-SCFI-2012, que regula la composición y calidad de la leche.
¿Qué evaluó Profeco?
El estudio se centró en varios aspectos clave que son importantes para los consumidores:
Cantidad de proteínas, grasas y carbohidratos.
Valor energético y aporte nutricional.
Calidad sanitaria de los productos.
Contenido neto, es decir, si el volumen declarado en la etiqueta corresponde a lo que realmente contiene el envase.
Sólidos no grasos y densidad, que son esenciales para garantizar que la leche sea auténtica y cumpla con los requerimientos mínimos.
Estos factores son detallados en las etiquetas de los productos, pero Profeco se encargó de corroborar si lo que las marcas indican realmente corresponde a la composición del producto.
Marcas que no cumplieron con los estándares
Según el análisis, varias marcas no alcanzaron los parámetros mínimos establecidos por la norma. Estas son algunas de las más destacadas:
Lala 100 Fresca sin lactosa (deslactosada): No cumplió con el contenido mínimo de sólidos no grasos ni con la densidad requerida.
Lala 100 Fresca sin lactosa Low carb-30%, light: Al igual que la anterior, falló en cumplir los estándares de sólidos no grasos y densidad.
Leche Querétaro: Se detectó que contenía hasta 75 ml menos del volumen declarado en el envase, lo que la pone en incumplimiento con la norma NOM-002-SCFI-2012.
Los 19 hermanos: Aunque se etiqueta como “leche”, este producto en realidad es una mezcla de leche con grasa vegetal, lo que infringe la NOM-155-SCFI-2012. Además, tampoco alcanzó los niveles de sólidos no grasos y densidad requeridos.
En el caso de las leches deslactosadas de Lala, el estudio explica que el proceso de eliminación de la lactosa podría ser el responsable de que no se alcancen los niveles esperados de densidad y sólidos no grasos.
Consejos de la Profeco para comprar leche de calidad
Ante estos resultados, la Profeco ofrece varias recomendaciones para asegurarse de adquirir leche auténtica y de buena calidad:
Distinguir entre leche y producto lácteo: La leche debe estar compuesta por ingredientes propios del alimento, como la caseína y la grasa natural. Los productos lácteos, en cambio, pueden contener grasas vegetales u otros ingredientes adicionales.
Revisar la fecha de caducidad: Es fundamental verificar este dato en el envase para asegurar la frescura del producto.
Almacenamiento adecuado: La leche pasteurizada debe mantenerse siempre en refrigeración, incluso si el envase no ha sido abierto.
Realizar un consumo informado: Comparar precios, cantidades y los ingredientes en las etiquetas de las diferentes marcas disponibles en el mercado.