Nos cuentan que ya
empezaron los problemas para la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de
Diputados, la priista Marcela Guerra, con las bancadas de Morena y sus
aliados.
En la Comisión de Relaciones Exteriores, los legisladores oficialistas
están muy enojados porque no los invitaron a la recepción del Cuerpo
Diplomático Acreditado en México, que encabezó la diputada Guerra, el miércoles
pasado. Tan enchilados están los morenistas que, aseguran, harán llegar un
extrañamiento a la Mesa Directiva.
Algunos miembros del PRI aseguran que el no
invitar a los legisladores es solo el signo de los nuevos tiempos de la
política, ya que hay casos como el de la ceremonia del Grito de Independencia,
donde el presidente López Obrador decidió no convocar a doña Marcela.
"Amor con amor se paga", podrían decir los priistas y asegurar que su
fuerte no es la venganza.
La mujer que logró
pasar las vallas de Palacio Nacional
Nos comentan que ayer
se vio a una mujer cercana al presidente Andrés Manuel López Obrador sortear
los filtros de seguridad que se impusieron en las calles del Centro de la
Ciudad de México por la marcha feminista por el Día de Acción Global a Favor
del Aborto, y quien finalmente pudo llegar a la puerta de Palacio Nacional.
Nos
detallan que se trató de la actriz y senadora suplente de Morena, Jesusa
Rodríguez. Por el acceso de la calle Corregidora, la también activista por los
derechos de los animales tardó unos minutos en entrar al recinto histórico.
¿Será que la autollamada Cuarta Transformación ofrecerá algún puesto para la
actriz luego que esta declinara el año pasado la invitación a ser embajadora de
México en Panamá?
“No maten al
mensajero”
En medio de las
reacciones que suscitó en Costa Rica la publicación en EL UNIVERSAL de la nota
“Narcotráfico se afianza en Costa Rica”, donde fuentes con acceso a asuntos de
seguridad, crimen organizado y justicia aluden a la posibilidad de que el
gobierno haya iniciado un diálogo con cárteles de la droga para parar la
violencia que sacude al país, a cambio de permitirles continuar con el trasiego
de drogas.
El gobierno alega que se trata de una acusación falsa y se le dio
voz tanto en el artículo como en comunicados enviados al diario. Pero ahora
resulta que el ministro de Seguridad, Mario Zamora, reclama un careo con
el autor de la nota, el corresponsal de esta casa editorial, José Meléndez,
y exige “revelar la verdad sobre sus fuentes”, llamándolo a comportarse como un
“patriota”. En una democracia como lo es Costa Rica, resulta cuestionable que,
en vez de investigar las denuncias, se “mate al mensajero”, se pretenda que
comparezca el corresponsal, lo que no es procedente, y que revele sus fuentes,
olvidándose por completo de la protección que merecen las fuentes
periodísticas.
Legisladores ya le recordaron a Zamora que “los careos no
esclarecen verdades” y que, en cambio, su deber es investigar cualquier
presunto vínculo que pueda existir con las redes mafiosas.