Carlos III, de 74 años, fue coronado este
sábado (06.05.2023) en la Abadía de Westminster, en una fastuosa y
solemne ceremonia en Londres, evento inédito en el Reino Unido desde hace
70 años. El acto tuvo lugar ocho meses después de su llegada al trono tras
la muerte de su madre Isabel II.
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, puso
la corona de San Eduardo sobre la cabeza del rey ante unos 2.300 invitados,
entre ellos un centenar de jefes de Estado extranjeros, como Luiz Inácio Lula
da Silva y los reyes de España, Felipe VI y Letizia. Tras colocarle la corona,
el arzobispo gritó a la congregación “Dios salve al Rey”, tras lo cual se
escucharon trompetas. La esposa de Carlos III, Camila fue coronada
inmediatamente después de un modo similar pero más sencillo.
Sentado en la silla de roble de San Eduardo,
considerado el mueble más antiguo del Reino Unido y colocado sobre un piso de
mosaico medieval, Carlos III fue coronado tras recibir las distintas insignias
reales, que simbolizan las responsabilidades como el jefe de Estado británico
hasta el día de su muerte.
Al rey se le entregó el orbe del soberano, que
simboliza el mundo; el cetro con cruz, que representa el mundo cristiano; y el
cetro de la paloma, símbolo del papel espiritual del monarca.
De vuelta a Buckingham
Por último Welby le colocó la corona de San
Eduardo, hecha en oro y decorada con rubíes, amatistas, zafiros, granate y
topacios, la única vez en su vida que el monarca la llevará. Antes, el
monarca fue ungido con aceite consagrado por el arzobispo de Canterbury, el
rito religioso más solemne de la liturgia de la coronación, que requiere que el
monarca esté temporalmente oculto al público.
El soberano quedó velado por un panel de tela
bordada con motivos de ángeles y un árbol con 56 hojas que representan a cada
uno de los países de la Commonwealth, bendecida en la Capilla Real del Palacio
de St James hace una semana. Durante la unción, el coro entonó la pieza “Zadok
the Priest”, compuesta por Georg Friedrich Handel para la coronación de Jorge
II, en 1727.
Acompañados por miles de militares y miembros
de la realeza, los monarcas regresarán en una nueva procesión al Palacio de
Buckingham, donde acompañados por su familia saludarán a la multitud desde el
balcón.
No obstante, no todos los británicos están
felices con la histórica coronación. Horas antes del evento un grupo de activistas
antimonárquicos estaba sacando de un camión sus pancartas con el lema “No
es mi rey”, cuando la policía detuvo a varios de ellos.
A pesar de los fracasados intentos de
manifestaciones, a pocos metros de allí, miles de admiradores de los monarcas
se agolparon desde primera hora de la mañana para ver pasar a los reyes,
algunos desde hace días, tras las barreras colocadas en The Mall, la gran
avenida que parte del Palacio de Buckingham.